makieta ksiazki ES small ne9

Introducción


En esta página encontrarás fragmentos del libro de Wanda Pratnicka 
"Poseídos por los espíritus - Los exorcismos en el siglo XXI":


¿Por qué una cantidad tan grande de almas no ha disfrutado de su derecho a atravesar el velo de la muerte? ¿Por qué hay tantas almas suspendidas entre el cielo y la tierra? Son muchas las causas. De todas ellas, la fundamental es que no creen haber muerto. Apenas han sufrido cambios. Ignoraron el momento de su muerte y piensan que siguen viviendo. A menudo se trata de nuestros seres más cercanos. El padre, la madre, el hermano, la hermana, la abuela, el abuelo, los amigos, los vecinos, los amigos del colegio o del trabajo. ¿Te espera a ti el mismo destino en el futuro?

Cuando le pregunto a una de estas almas "¿sabes que no estás viva?", me contesta muy extrañada: "No, no lo sé". Y acto seguido: "¿Cómo que no estoy vivo/a? ¿Pero, qué dices? ¡Claro que estoy vivo/a! Si no viviera, ¿cómo podrías estar hablando conmigo? ¡Si veo, oigo y siento!" Así que repito por segunda vez: "No, no estás vivo". Entonces se enfadan y sueltan exabruptos. Otras claman a viva voz: "Dios, ¿por qué nadie me dijo nunca que existía la vida después de la muerte?" Escucho esto todos los días, y por eso me decidí a escribir este libro.

Quiero, querido lector, concienciarte de que lo que te espera después de morir, cómo se presentará tu destino, depende de qué es lo que sabes y piensas sobre la muerte mientras estás vivo, y de qué expectativas tienes de ella en vida. Lo he escrito para que aquéllos que estén listos y sean lo suficientemente valientes puedan prepararse a sí mismos y a sus seres queridos ahora, con el tiempo suficiente, para pasar tranquilamente al otro lado del velo de la muerte. Todos tendremos que enfrentarnos antes o después a ese problema, es decir, morir. Seguro que también hemos experimentado la pérdida de algún ser querido. Las almas que no han pasado al otro lado del velo de la muerte creen que siguen viviendo en la Tierra, sin que nada haya cambiado para ellas Pero, ¿acaso eso significa que, con su muerte, tampoco ha cambiado nada para nosotros, que seguimos con vida?